domingo, 4 de septiembre de 2011

Plantas medicinales del valle





En el valle existe una cantidad de leyendas y de historias asombrosas. Entre las cuales están la de los gigantes, osamentas descubiertas al construir la calle y sombras nocturnas que aun caminan por el valle, ambos de hasta 2mts de alto.

Las mujeres nahuales, son un tipo de brujas, capaces de cambiar su forma humana, por cualquier forma animal, pueden llenarle el estomago de culebras o sapos a cualquiera.

También están las historias, como la de las aguas calientes (el rio que bordea las ruinas de San Andrés), en donde las piedras de colores brillaban por las noches, confundiendo la playa del rio, con el mismo cielo, sus aguas además, eran medicinales.

Las mujeres Nahuales, no sé si realmente podrán tomar forma animal, de lo que si estoy bien segura, es que manejan una cantidad de hierbas curativas, que si funcionan. Me he quejado de diferentes males y siempre tienen una planta disponible, lo mejor es que salen al monte a buscar y ahí está la matita, la cortan y casi todas se toman en te.

Entre las hierbas que he logrado conocer están la altamisa, para limpiar el estomago. La hierba del toro, para el colon, Epacina, para la garganta; Frijolillo, se hace pasta y se unta cuando hay picazón; Sihuapate para el aire (cólicos) y la famosa hierba del susto, que se toma en te después de bañarse en ella.

Con la altamisa hay que tener un cuidado grande ya que las prescripcion no dice que funciona como purga.

El único remedio que nunca he pensado probar, ojala no lo necesite es la horchata de “caca de tunco”, la cual es efectivísima cuando le han hecho “mal” a uno. He escuchado decir que algunas personas que siguieron el "remedio" lograron salvarse.

El rio "aguas calientes" aun existe y gracias a el, toda la zona cuenta con agua realmente caliente, durante los doce meses del anio. Las aguas en el valle estan tan superficiales que en invierno los campos se inundan; tambien muchas de las vasijas antiguas que se encuentran, fueron pintadas o elaboradas con material que da la impresion que lleva polvo de oro. 

El valle en la epoca precolombina debe haber sido realmente magico y hermoso.









miércoles, 8 de junio de 2011

dia de la madre

Esmeralda levanto la vista y entre las flores y el follaje de los árboles, alcanzó a ver los colores del amanecer, en el cielo del valle. Escuchaba cantar al “dichoso fui” desde antes del alba y mientras el dia llegaba, le parecía que ella se desvanecía.
Recordó con tristeza, su infancia y adolescencia trabajando el campo, como cualquier peón y cuando decidió dejar los abusos de la casa paterna atrás, para irse a vivir con Chepe cuando aún ni cumplía los quince.
Vino a su mente, aún más vívido el tiempo en que vivió con Chepe, siempre borracho y golpeándola casi a diario; la vez que lo amenazó con matarlo y de cuando Chepe apareció machetiado a la orilla del rio sucio.
Se dio la vuelta y alcanzó a ver entre penumbra a lo largo, la vía, no se veía un alma. Por esa vía del tren que cuando era pequeña, sacaban las cosechas del valle; donde Chepe la violó, antes de irse con él; por donde sus hijos caminaron tantas veces de camino a la casa.
Se acordó cuando la Zuleima y la Lorena eran chiquitas, cuanto la querían y necesitaban, lo que le tocó cuidar a Pedro, siempre descarriado, borracho como el tata y al que siempre “tuvo la mala suerte” de estar en los lugares equivocados, en los momentos oportunos.
Pobrecito el cipote, si no es malo, es que los "cuilios", siempre le quieren hacer mal y Adrian, que siempre la acusó de haber matado a Chepe, nadie le sacó de la cabeza, que había sido ella.
Pero igual, que importaba, si desde que se quedó sola, vivieron mejor, la Esmeralda rompiéndose el lomo, para darle a su hijos todo lo que ella no tuvo, pagaba abogados para Pedro, escondía a Adrian cada vez que lo andaban buscando los policías, le recibió los hijos a sus hijas, mejor que fueran madres solteras, así no pasarían lo que ella.
Si, esas cipotas eran medio locas y tenían sus vicios, pero cómo no iba a protegerlas, si eran así por todo lo que les tocó vivir de pequeñas. Sus hijos no eran malos, es que la gente la traia con ellos.
Esmeralda tomó aire, en el camino, sintió todos los aromas del valle: los campos de maiz, de tabaco, el olor de las hortalizas recién cortadas, del olor a dulce quemado de la caña, del río, del invierno, del verano…
Recordó la noche en que Adrian regresó bañado de lodo, pero de un lodo, que era diferente, de un lodo rojo que olía a desgracia. Le quitó la ropa y se la enjuagó, cuando ya la tierra había salido de la ropa, solo escurría sangre.
Ella no tuvo que preguntarle, fue Adrian quien le contó, que le exigieron para su iniciación, hacer desaparecer a un conocido. Entonces fue por el hijo de la comadre, lo llevó por la vía hasta el pozo seco, lo apuñaló seis veces, lo tiró al pozo y huyó por la misma vía, se revolcó en la tierra para esconder la sangre.
- La siguiente es usté mamá. Le dijo mirándola a los ojos. - Me han dicho que la mate a usté, le confesó, llorando.
Esmeralda se fue al día siguiente para la iglesia, pidió perdón por todos sus pecados, lloró de impotencia, por no poder cambiar el destino de sus hijos, cambió su forma de vestir, hizo promesas, llevaba flores para el altar, iba a las vigilias y pidió por Adrian y por ella.
El sol al fin salió, podía ver las hermosísimas flores del cortes blanco en lo alto, pensó en el camino de la vía, bordeado por el flor amarilla, cuando venía de los campos de trabajar, parecía una visión, las flores de amarillo brillante perderse en el camino, con el cielo azul de verano, al fondo.
Ahí la violaron, ahí se levantó el machete que le asestó el golpe mortal a Chepe, caminando sobre las flores marchitas, venía, cuando la Lorena le dijo que estaba embarazada.
Viendo al flor amarilla, venía, cuando se dio cuenta que había un hombre al otro lado de la via, sabía que no era nada bueno, trató de disimular el miedo, siguió caminando y pensó cómo ese caserío de la Flor amarilla había sido su casa y su desgracia.
El hombre empezó a cercársele, cuchillo en mano, la Esmeralda rogó porque apareciera alguna alma, pero se dio cuenta que caminar por la vía del tren solo para poder ver al flor amarilla, le había traído mala suerte –Porques tan bruta de caminar sola por la via?! Le gritaba la madrastra, el día que la violaron –Si ella se lo busca! Recordó.
Empezó a apretar el paso, pidiéndole a Dios, cuando sintió otros pasos, volteó y era Adrian, corrió hacia él pensando la mala suerte que su muchacho tenía, mas que a sí misma, pensó en ese otro instante proteger a su hijo –Corré, le gritaba, corré que a vos te busca.
Una puñalada tras otra, seis veces, Esmeralda amaneció sangrando. Cuando el cielo se puso azul y las flores brillaban como oro, el dichoso fui seguía cantando y la Esmeralda seguía evocando las imágenes de la vía, por fin pudo cerrar los ojos y por primera vez en su vida se sintió en paz y feliz en su vía del flor amarilla.